Resaca, té y otras cosas del alma
Hoy es uno de esos días en los que enriquecer el alma parece cosa fácil. Tan sólo he necesitado invitar a una amiga a un buen té de oferta, para que mi alma hoy esté alimentada. Cuando te sientas a conversar con alguien, no importa el destino al que te lleve la susodicha conversación. Lo único que importa es dejar que el humeante ambiente, el azúcar y las dosis de chocolate no cesen, para que todo salga a pedir de boca. Y es que, alfin y al cabo, en momentos como esos, te das cuenta de que todo el mundo necesita ser escuchado. Porque, muchas veces, hablamos tanto que no dejamos que aquellos que permanecen a nuestro alrededor, diáriamente, abran las puertas de sus recuerdos y nos inviten a tomar un agradable paseo por su interior. Pero, aquí, que necesitas el calor de los amigos más que cualquier otra cosa, te das cuenta de que ofrecer lo poco que tienes te puede hacer ganar mucho más. No es muy habitual disfrutar de un lunes resacoso, como tampoco lo es desaprovechar las consecuencias