Todo y nada
Una hoja en blanco. Un trozo de pantalla lleno de todo, vacío de nada. Un espacio donde crear, un lugar donde invocar. Un escondite en el que refugiarte después de un domingo lleno de lluvia, como casi todo aquí. Un lugar donde estar sola, acompañada por miles y miles de personas en cualquier otro lugar. En tu mismo lugar. Un punto en blanco en tu historia, una sucesión de signos, que nada significan hasta que no le asignemos un sentido. Espacio, llanura, blanco, infinito, vacio, con sentido o sin tenerlo, estúpido tal vez, pero ayuda. Delante de esta hoja en blanco, todo son sucesiones de palabras que se agolpan en la punta de tus dedos. Palabras, frases, párrafos, textos enteros que salen, que mueren en el mismo instante en el que acaban de nacer. Los dedos, títeres de tu conciencia expresan golpeando levemente cada una de las teclas de tu ordenador. Palabras, palabras que no son nada más que eso. Pero que aquí lo son todo. Escribes, aflojas tus sentidos, despiertas tu interior, sien