Cartas a diario

Contactar. Trato. Familiaridad. Relación. Roce. Comunicación. Intimidad. Fricción. Toque.
Puedo llamarlo como quiera, pero yo lo que de verdad quiero es tener una carta diaria en mi buzón. Una de esas en las que vienen narradas las historias que te hacen sonreír, que te llenan los ojos de lágrimas, que sientes como si fueran tuyas, que las vives al límite, que las necesitas. Yo lo que quiero es que cada una de esas cartas cuente tus historias, tu vida, la vida de los míos. Y es que hoy me ha dado por pensar en la necesidad de saber de aquellos a los que quieres, y a los que sabes que vas a querer para el resto de tus días. Y desde que me vine aquí, a unos cientos de kilómetros de esta gente que yo llamo mía, necesito más de ellos que nunca. En mi contra diré que nunca pensé que sería así, que necesitara tanto de ellos. Pero ahora que me he dado cuenta de que sí, tampoco me preocupa demasiado.
Cada día que estoy aquí, abro mi buzón en busca de ellos. Una parte de su esencia llega hasta aquí y se detiene a contarme las cosas más banales que sucenden en el día a día, una rutina que vivimos juntos aunque no compartamos el mismo espacio físico. El otro día, me pare y me dí cuenta de que hay algunas cartas que no llegan desde hace tiempo, que deben haberse perdido por el camino, por no pensar que nunca han sido escritas. Entonces pensé que puede que esta gente mía no necesite tanto como yo las cartas a diario y que puedan sobrevivir con un periodo a largo plazo. Puede. O puede que no tengan tiempo. O que prefieran almacenarlo todo en una carta anual. Aún así, continuo abriendo todos los días mi buzón en busca de las cartas que echo en falta, aunque de momento no llegan, pero yo sé que algún día lo harán y dejaré de preguntarme qué es lo que pudimos hacer mal. 







no llegan cartas 
desde hace tiempo,
creo que voy 
a matar al cartero.

Comentarios

  1. A veces la gente se olvida de escribir, de mirar su buzón, de pensar que las aventuras vividas también deben ser compartidas. Pero un día piensas en lo que no hiciste del todo bien y te sientas y escribes, o llamas. O no. La inconsciencia no es indiferencia, solo inconsciencia.

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