El paso tres

La pantalla del ordenador permanecía inmóvil ante mí. La página cargada por completo, esperaba mi respuesta. Había que dar un paso más. Hasta ese momento, el paso 1, el paso 2, no habían sido complicados. Pura rutina. Datos sin importancia. Pero el último y definitivo se acercaba. Me quedé parada. Una mano sujetaba mi calendario, mientras la otra, apoyada sobre el borde del ordenador, no podía moverse. La música de fondo dejó de sonar para convertirse en eso, en un simple fondo. Por delante de mí empezaron a pasar imágenes, momentos, historias, risas, caídas, abrazos. Empezó a pasar el tiempo. Y ese fue el primer momento desde hace 8 meses en el que me dí cuenta de que había pasado el tiempo. No sé por cuanto tiempo permanecí inmóvil, casi sin respirar delante de la misma pantalla. Sólo quedaba un paso. Sabía que no me quedaba otra, que tenía que hacerlo y que ya había demorado suficiente. Dentro de mí, una parte se movía, sóla, vagamente, sin ganas. Pero, la otra parte, arrastraba con fuerza esta vageza con el objetivo de permanecer inmóvil por más tiempo. No tenía sentido estar así. Había que ir a por el paso 3. Soy fuerte, me dije. Respiré profundamente, miré hacia otro lado y acepté. 
Billete de vuelta comprado.

Comentarios

  1. Creo que voy a llorar, no sé si es por tu paso 3, seguramente será por el mío. No se puede posponer eternamente, mierda.

    ResponderEliminar
  2. Me quedo con
    "Por delante de mí empezaron a pasar imágenes, momentos, historias, risas, caídas, abrazos."
    Eso, no se va a acabar. Y aún queda mes y medio para exprimir.

    Pero da pena... mucha pena.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

El día que dejé de temer

De artista profesional

Busco un lugar mejor