Cuando creaís que las cosas de verdad han muerto, que ya no queda esencia, que ya no existe nada puro...simplemente aparece delante de tí y te hace llorar de felicidad.
El día que dejé de temer
Te despiertas confusa. No aciertas a saber la hora que es, cuanto tiempo de tu día has bien gastado entre sábanas de algodón. Fuera todo parece silencio, nadie vive, puede que todos duerman y que tú seas la única superviviente de las horas en las que vives. Perezosa, pones tus pies en el mismo suelo en el que lo llevas haciendo desde hace seis meses. LLevamos medio año juntas, querida mía, medio año compartiendo el mismo techo, las mismas calles, el mismo aroma y la misma lluvia. Porque hoy es sábado. Sábado lluvioso, como cuando nos conocimos, cuando firmamos el pacto de la eternidad, cuando te dije que te sería siempre fiel y que tu me acunarías como a un recién nacido. Porque ciertamente, cuando te conocí, era una recién nacida en este mundo lleno de agua, de bicicletas, de nuevos amaneceres. Y después de todo este tiempo, sigues amaneciendo con las calles mojadas, el espíritu de los que te habitan lleno del leve sonido de la lluvia al chocar con el suelo. Me dispongo a salir, a dis
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